UNA NUEVA FORMA DE PERCIBIR LOS LUGARES HABITADOS
Descubrir
y desvelar todo el intríngulis que hay encerrado en cualquier
espacio habitado, es toda una aventura.
¿Ud.
Podría imaginar alguna vez que su casa, su lugar de trabajo o su
empresa, tienen alma o vida propia? Pues sí, cualquier lugar
habitado está constituido por el campo aúrico que lo envuelve
energéticamente, quedando así, recogida toda la información de lo
que ha ido aconteciendo en ese lugar, ya que no somos ajenos a
nuestro continuo fluir de pensamientos y sentimientos diarios, con lo
que a través del tiempo, queda conformada una huella, que nos hace
detectar si en un lugar nos encontramos a gusto, nos sentimos
irritamos o nos hace sentirnos mal.
¿Deseas
adentrarte en el mundo mágico que abastece la memoria colectiva del
lugar en el que se vive?.
Supone
un acto heroico adentrarse en el diálogo que emana del lugar donde
vivimos o trabajamos, ya que en él subyace un mensaje que define la
forma de ser de las personas que allí viven o trabajan.
Cualquier lugar
habitado está influyendo en nosotros, ya que estamos sometidos a
una constante interacción con el medio y también con las personas
que nos rodean. En este intercambio nos encontramos totalmente
vulnerables, ya que funciona a nivel energético y sus mensajes
llegan también a nuestra mente de forma subliminal.
Una
manera de ser conscientes de los efectos que producen las cosas que
nos rodean, es desarrollando nuestra percepción sensorial, de esta
manera, podremos ir detectando, cuando en un lugar nos encontramos mal y qué elemento
externo es el que nos propicia dicha inestabilidad.
Estamos
desprotegidos (y más si somos personas receptivas), a todo el
cúmulo de ondas que emite nuestra ajetreada sociedad, pero algo tan
sencillo como nuestra propia casa, oficina, negocio o empresa, no le
hemos llegado a otorgar el baluarte de posible elemento agresor y
tal vez, si lo sea. Descubrirlo sería interesante.
Nuestro
cuerpo una gran antena, que si aprendemos a utilizarla de manera
consciente y de forma interactiva con el medio, detectaremos qué
elementos de un espacio habitado son afines a nosotros y cuáles nos
alteran, irritan o nos dejan aplanados.
El
cuerpo actúa de catalizador y permite realizar la traducción simultánea de la resonancia
de cada elemento que integra cualquier espacio decorado, tan sólo es
cuestión de abrirnos a ella.
Hay
un mensaje encerrado en todo lo que nos rodea, el
descubrir que hay un hálito de vida en cada uno, nos
ayudará a trazar un espacio sano y armónico, a través del
cuál se pueda potenciar nuestras cualidades personales, ayudándonos
a sentirnos mejor y más capaces de solucionar los problemas o las
diferentes circunstancias que puedan surgir.
Antea (Marien Carrión Codoñer)
Terapeuta
del hábitat y Decoradora Sensitiva
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